Conjunto escultórico. 114 tejas, chimenea, cortina y estructuras de tetracero 10 mm, 2025, dimensiones variables.
Una carretera al cielo parte de un juego lingüístico con el nombre de la comarca de origen del autor, El Carracillo, que se transforma en “Carrecielo” y finalmente en “Carretera al cielo”. El conjunto escultórico incorpora materiales procedentes de la casa de su bisabuela, recientemente derruida. Las tejas rescatadas de esa demolición componen el núcleo de la instalación, convirtiendo los restos arquitectónicos en memoria viva. Claudio San Emeterio reinterpreta así elementos cotidianos y personales, explorando la identidad territorial, la transformación del paisaje y el duelo por lo perdido. Su obra establece un diálogo entre lo simbólico, lo poético y lo material.