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El proyecto “Habitares” explora un paisaje abandonado en una experiencia artística que dura siete días. Mario Valle, desde la investigación etnográfica, recoge durante meses los medios suficientes para poder afrontar el espacio natural de una manera animal y esencial.
La construcción de un chozo para refugiarse, la cocción de vasijas de barro para cocinar, el curtido de pieles como abrigo y la manufacturación de su calzado para caminar por las tierras, son algunos de los trabajos que se llevan a cabo antes de la estancia experimental.
Precariedad, soledad y subsistencia le acompañan durante la lectura de las formas de habitar un entorno al que poco le falta para caer en el olvido.
